MIGUEL AQUINO
- ¿Los narcocorridos deben ser prohibidos?
- ¿Qué medidas están tomando las autoridades para combatir la inseguridad?
Después de lo ocurrido en Guadalajara, Jalisco, durante un concierto interpretado por Los Alegres del Barranco, este grupo musical sin duda alcanzó una nueva fama. No se puede negar que ya eran reconocidos, pero tras su concierto en Guadalajara, la atención se multiplicó. Una canción que interpretaron, aparentemente dedicada a Nemesio Oseguera Cervantes —líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, considerado por Estados Unidos, México y la Interpol como uno de los cárteles más poderosos y sanguinarios del mundo.
Este hecho reavivó el debate público en México sobre los narcocorridos. ¿Se deben prohibir o no? Personalmente, siempre he creído que prohibir no es la solución. Al final, la gente es libre de escuchar o hacer lo que quiera con su vida. Es un tema similar al de las drogas.
Como saben, siempre me he manifestado en contra de la legalización de las drogas. Aunque algunos expertos sostienen que la marihuana no es tan dañina como otras sustancias, considero que actualmente no estamos en condiciones para legalizarlas. Algunos países, como Holanda, han experimentado con esto —permitiendo la legalización en ciudades como Ámsterdam— y hoy enfrentan serios problemas de consumo.
Regresando al tema de los narcocorridos, creo que no deberían prohibirse, pero sí regularse. He participado en muchas mesas de análisis en las que he reiterado esta postura.
Los corridos existen desde hace décadas; hay registros desde 1930. Sin embargo, su auge principal ocurrió en las décadas de 1960 y 1970. En aquel entonces, no buscaban enaltecer criminales ni fomentar la violencia o el consumo de drogas. En su mayoría eran historias, muchas de ellas ficticias.
Hoy el debate no debería centrarse en prohibir los narcocorridos, sino en analizar qué está haciendo la autoridad en materia de seguridad. ¿Qué acciones están tomando los tres niveles de gobierno para contener la violencia y abordar el consumo de drogas, especialmente entre los jóvenes?
Ese debe ser el verdadero debate: ¿Estamos en el camino correcto? ¿Qué está ocurriendo con las policías, especialmente las municipales? Hoy por hoy, estas fuerzas son las más vulnerables: infiltradas, mal pagadas, con escasa capacitación. Allí comienza el círculo vicioso de la inseguridad.
El enfoque debe estar en lo que hacen las autoridades para frenar la violencia y evitar que 60 o 70 personas sean asesinadas diariamente. No debemos distraernos con los narcocorridos; ese es un fenómeno cultural que también debe abordarse desde el hogar.
En lugar de discutir si los legisladores deben prohibirlos o no, lo verdaderamente urgente es que trabajen en políticas para contar con policías profesionalizadas, capacitadas, entrenadas, bien remuneradas y, sobre todo, inmunes a la corrupción o a trabajar para el crimen organizado. Ese es el debate necesario en materia de seguridad.
@miguelaquino
