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La simonía, considerada durante siglos un grave delito dentro de la Iglesia Católica, cobra relevancia tras su mención en la película “Cónclave”. La cinta, dirigida por Edward Berger y ganadora del Oscar 2025 a Mejor Guión Adaptado, ha generado dudas sobre este pecado. Aquí te explicamos qué es y por qué ha sido históricamente condenado. La simonía en Cónclave es un tema central.
El Contexto del Cónclave
Tras la muerte del Papa Francisco, ocurrida el 21 de abril, se reavivó el interés por el proceso que rige la elección del Sumo Pontífice. Esta coyuntura dio un nuevo impulso a la película “Cónclave”, basada en la novela homónima de Robert Harris. Ambientada en el interior del Vaticano, la película muestra la lucha política, las tensiones ideológicas y los secretos que rodean la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica.
¿Qué Hizo Tremblay?
En la película, el cardenal Tremblay pasó el último año comprando apoyos dentro del Vaticano. Anticipándose a la muerte del Papa, ofreció favores y promesas a otros cardenales a cambio de su voto. Este acto, conocido como simonía, es considerado una falta grave dentro del derecho canónico.
Definiendo la Simonía
La simonía es definida como el acto de comprar o vender cosas espirituales por bienes materiales. Su nombre proviene de Simón el Mago, un personaje bíblico que ofreció dinero a San Pedro para obtener el poder de conferir el Espíritu Santo. En términos prácticos, la simonía se refiere a cualquier transacción en la que un bien o función espiritual se intercambia por dinero, bienes u otros beneficios mundanos. La simonía en Cónclave es un delito.
El Código Canónico
Según el Código de Derecho Canónico, el delito está tipificado en los cánones 1380 y 1381. Estos establecen castigos para quienes celebren o reciban un sacramento con simonía, o para quienes den o prometan cosas a cambio de una función ilegítima en la Iglesia.
La Simonía Hoy
Aunque la simonía ya no es común en los términos medievales, la película sugiere que las dinámicas de influencia y presión siguen vigentes bajo nuevas formas. La representación del cardenal Tremblay como un actor político que busca manipular el cónclave para asegurar su ascenso al papado pone en evidencia una crítica al uso del poder dentro de la Iglesia. Por eso, la simonía en Cónclave sigue siendo relevante.
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