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En un evento marcado por la controversia, Reyna Tamayo Carballo fue ratificada como dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) en Quintana Roo durante la II sesión extraordinaria del Consejo Estatal, celebrada el 1 de diciembre de 2024. La decisión fue respaldada por 52 consejeros estatales, quienes apoyaron su reelección ante la ausencia de competidores, dado que solo se registró una planilla, lo que ha generado críticas sobre la falta de competencia y transparencia en el proceso interno del partido.
La sesión, que tuvo lugar en Felipe Carrillo Puerto, contó con la presencia de figuras clave del PAN, como Itzel Arrellano, delegada del Comité Ejecutivo Nacional, y Cristian Rodrigo Pérez, presidente interino del Comité Directivo Estatal. Sin embargo, la reelección de Tamayo fue empañada por las denuncias de irregularidades en el registro de su principal competidora, Susana Martínez, quien no logró obtener las firmas necesarias para su candidatura y alegó que el proceso estuvo lleno de favoritismos en favor de Tamayo.
Durante su discurso, Tamayo enfatizó la necesidad de reconstruir el partido para consolidarse como la principal fuerza de oposición en la entidad. Se comprometió a mantener mesas de diálogo en los Comités Directivos Municipales, asegurando que la militancia tenga voz en el futuro del panismo. Sin embargo, sus promesas no han logrado silenciar las voces críticas que cuestionan la legitimidad de su mandato, dado el contexto en que se llevó a cabo su ratificación.
A pesar de contar con el apoyo de regidores y legisladores panistas, la falta de una elección competitiva ha suscitado preocupaciones sobre la salud democrática del partido en Quintana Roo. Algunos miembros de la comunidad política local advierten que este tipo de prácticas pueden desincentivar la participación y el compromiso de nuevos líderes dentro del PAN, perpetuando un ciclo de liderazgo que podría estar desconectado de las necesidades reales de la ciudadanía.
Con las elecciones estatales a la vuelta de la esquina, la capacidad de Tamayo para enfrentar los retos inminentes y establecer un liderazgo efectivo será puesta a prueba. La presión está sobre ella no solo para demostrar su valía como dirigente, sino también para responder a las críticas sobre el proceso que la llevó de nuevo a la dirección del partido. La política en Quintana Roo sigue siendo un terreno de intensa vigilancia, y el camino hacia la transparencia y la rendición de cuentas aún parece largo.
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