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La gastronomía sufre graves pérdidas por la caída en el turismo y el alza del dólar, asevera Marcy Bezaleel, presidente de Cocineros por Quintana Roo

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El año 2024 ha sido difícil para el sector gastronómico de Quintana Roo, que ha visto sus ingresos afectados por una combinación de factores económicos y climáticos. Marcy Bezaleel Pacheco Mendoza, presidente de Cocineros por Quintana Roo, destacó que la desaceleración en el flujo de visitantes y la variación del tipo de cambio del peso frente al dólar han impactado negativamente tanto a restaurantes como a hoteles. “Fue un año ambiguo, no fue un gran año para la gastronomía en nuestro estado”, afirmó durante una reciente entrevista.

Según Bezaleel, el verano fue particularmente bajo en términos de afluencia turística, lo que repercutió en la actividad de los restaurantes en las zonas más populares del estado. Además, el sur de Quintana Roo se vio afectado por desastres naturales, incluyendo huracanes y tormentas tropicales, lo cual complicó aún más la recuperación del sector. Con la esperanza de un cierre de año más positivo, se anticipa que eventos como el Festival Gastronómico del Caribe Mexicano ayudarán a atraer visitantes y a revitalizar las ventas.

El impacto del tipo de cambio también ha sido significativo, pues muchos productos alimenticios son importados y su costo se ve incrementado por la fluctuación monetaria. “El tipo de cambio me influye más que nada en la parte de compra y venta de productos gastronómicos”, explicó Bezaleel. La falta de una agricultura y ganadería sostenibles en la región obliga a los restauranteros a depender de suministros de otras partes del país, lo que, sumado a los impuestos y el aumento constante de los precios de la gasolina, ha creado una presión adicional sobre sus márgenes de ganancia.

Pese a estos desafíos, los restauranteros enfrentan la difícil realidad de no poder ajustar sus precios con la misma frecuencia que los costos de los insumos, lo que limita su capacidad de respuesta ante la inflación. “No podemos realizar un ajuste de precios cada 15 días o cada mes”, lamentó Bezaleel, quien subrayó la necesidad de un enfoque más sostenible y predecible en la gestión de precios y costos en el sector.

Con la mirada puesta en el futuro, la comunidad gastronómica de Quintana Roo espera que la temporada de fin de año les brinde un respiro. Sin embargo, el camino hacia la recuperación completa dependerá de la combinación de esfuerzos para atraer turismo, así como de un entorno económico más estable que favorezca a los pequeños y medianos empresarios del sector.

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