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En un escenario político cada vez más tenso, la administración de Donald Trump lanza advertencias sobre la posibilidad de imponer aranceles a México, generando preocupación por sus posibles repercusiones económicas. En una reciente entrevista en este medio, la analista política Lizzy Santoyo subrayó que, aunque estas medidas parecen dirigidas a frenar la inmigración y el tráfico de fentanilo, también podrían golpear la economía de Estados Unidos, justo en un momento en que el país experimenta una inflación controlada.
La propuesta de Trump de aumentar los aranceles ha encendido alarmas no solo en México, sino también en Estados Unidos. Santoyo explicó que los aranceles son impuestos aplicados al comercio internacional de bienes, lo que significa que cualquier incremento afectaría particularmente a los consumidores estadounidenses. “Es un tiro en el pie”, afirmó la analista, citando al Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien advirtió que el costo de estos aranceles se trasladaría a los consumidores en forma de precios más altos.
A pesar de la retórica agresiva de Trump, la realidad económica es más compleja. Con un 75.9% de la población estadounidense preocupada por la inflación, cualquier incremento en los precios de productos importados podría resultar en una pérdida de apoyo electoral para el ex presidente. Santoyo enfatizó que Trump, a pesar de ser un político controvertido y ególatra, busca crear una narrativa positiva en los primeros meses de su gobierno, donde pueda colgarse medallas por supuestos logros en la gestión de relaciones exteriores.
La relación entre México y Estados Unidos se ha vuelto un tira y afloja, con Trump utilizando la amenaza de aranceles como una herramienta de negociación. Esta dinámica se intensificó tras una reciente reunión entre el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y Trump en Mar-a-Lago, lo que ha generado preguntas sobre la estrategia de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, en este contexto complejo. Santoyo sugirió que la relación entre los líderes debe ser abordada con firmeza, ya que cualquier atisbo de debilidad podría llevar a Trump a adoptar una postura más agresiva.
A medida que Trump se prepara para asumir nuevamente la presidencia, el impacto de sus decisiones en la economía y las relaciones bilaterales será un asunto crítico a seguir. La incertidumbre que rodea a estas políticas podría definir no solo el futuro de la economía mexicana, sino también la estabilidad interna de Estados Unidos en un año electoral.
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