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El Gobierno de Estados Unidos y México se encuentran en una encrucijada tras la inesperada rendición de Joaquín “El Chapito” Guzmán López, hijo del infame capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, y el presunto secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los narcotraficantes más buscados de México.

Según informes oficiales, el pasado jueves, las autoridades estadounidenses recibieron un aviso de que Guzmán López se encontraba a bordo de un avión con destino a Estados Unidos, con la intención de entregarse. Sin embargo, las agencias no pudieron confirmar de manera independiente su presencia en el vuelo.

La Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Rosa Icela Rodríguez, declaró que la Fiscalía General de la República (FGR) ha abierto una investigación para esclarecer los detalles de este incidente. Aunque el Gobierno mexicano no tiene claridad sobre si “El Mayo” Zambada se entregó voluntariamente o fue secuestrado por Guzmán López, ambos individuos se encuentran bajo custodia de las autoridades estadounidenses.

Este caso ha generado gran interés debido a la magnitud de los cargos de narcotráfico que enfrentan los dos capos y la complejidad del asunto, que involucra a figuras prominentes del crimen organizado a nivel internacional. La investigación en curso busca determinar con precisión las circunstancias que llevaron a la rendición y captura de estos individuos.

Si bien este arresto podría representar un golpe significativo a la guerra contra el narcotráfico, las autoridades reconocen que aún queda mucho trabajo por hacer para desmantelar por completo las redes del crimen organizado en México y Estados Unidos.