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A partir del 10 de abril de 2025, China implementará un aumento significativo de aranceles que alcanzará el 84% sobre productos estadounidenses, en una clara respuesta a los gravámenes impuestos por el expresidente Donald Trump, que llegaron a un 104% en total. Esta medida marca un nuevo capítulo en la creciente tensión entre las dos potencias económicas, que han estado inmersas en una guerra comercial desde hace varios años.
Justificación del aumento arancelario
El Ministerio de Comercio de China ha justificado este incremento como una reacción a las políticas “injustas” de Washington, que incluyen un arancel adicional del 50% sobre las importaciones chinas. Pekín ha afirmado que esta decisión busca proteger su economía y presionar a Estados Unidos para que reconsidere sus medidas comerciales. La escalada en los aranceles no solo afecta a las relaciones bilaterales, sino que también tiene repercusiones en los mercados globales.
Impacto en los mercados internacionales
El anuncio ha provocado caídas significativas en las bolsas europeas, con París y Frankfurt perdiendo hasta un 4% en sus índices. Los mercados asiáticos también han visto descensos, con pérdidas notables en Taiwán y Japón. Este clima de incertidumbre económica resalta cómo las decisiones políticas pueden tener efectos inmediatos y profundos en la economía global, afectando a empresas y consumidores por igual.
Acciones adicionales de Pekín
Además del aumento de aranceles, China ha incluido más empresas estadounidenses en su lista de “entidades no confiables”, lo que intensifica aún más las tensiones comerciales. Esta lista es parte de una estrategia más amplia de Pekín para contrarrestar las medidas de Trump y resaltar su determinación de defender sus intereses económicos. La situación actual deja entrever un panorama complicado para las negociaciones futuras entre ambos países.
Perspectivas futuras y negociaciones estancadas
A pesar de la escalada, Trump ha declarado que China “quiere desesperadamente” llegar a un acuerdo, aunque las negociaciones han avanzado poco. El expresidente espera una llamada del presidente chino, Xi Jinping, para discutir posibles soluciones. Sin embargo, la firmeza de ambas partes sugiere que la guerra comercial podría continuar, afectando a la economía mundial en el proceso.