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Dos perros han muerto envenenados en sus propias casas en el Municipio de Solidaridad, Quintana Roo, lo que ha generado una gran alarma entre los dueños de mascotas y los activistas pet friendly. Los hechos ocurrieron el pasado lunes 15 de octubre, el mismo día en que las autoridades municipales anunciaron la certificación Blue Flag para la playa 72, donde los perros tienen acceso desde hace años.

Uno de los perros fallecidos era Kawama, la mascota del activista Sergio Beristain, quien denunció en la página de Facebook “Dog Beach de Playa del Carmen” que su perra fue asesinada cruelmente con un veneno que le provocó hemorragia interna, alta toxicidad hepática y paro cardíaco en unas horas. Beristain también informó que otro perro, miembro del Dog Beach, presentó los mismos síntomas y murió el mismo día. Además, dijo que se observó actividad sospechosa afuera de su casa y que está investigando el caso.

Los dueños de perros sospechan que estos actos de crueldad animal están relacionados con la intención del Gobierno Municipal de prohibir el acceso de las mascotas a la playa 72, ubicada frente a la colonia Colosio, donde los perros pueden disfrutar del mar sin molestar a los turistas. La Secretaria de Medio Ambiente, Lourdes Vargas, ha impulsado la certificación Blue Flag para esta playa, lo que implicaría restringir el ingreso de los animales.

Los activistas pet friendly se oponen a esta medida y han exigido que se realice una consulta ciudadana para decidir democráticamente si se mantiene o no el acceso de los perros a la playa. Además, han recolectado 5 mil firmas para respaldar su petición y han realizado limpiezas de playa para demostrar su compromiso con el medio ambiente. Los activistas también han denunciado el hostigamiento y la persecución policiaca que sufren por parte de las autoridades municipales, que amenazan con detener a sus mascotas por violar la prohibición unilateral.

Los defensores de los animales consideran que existe una política de intolerancia y clasismo por parte de la administración panista de Lili Campos, que se ha encargado de expulsar de la zona turística a comerciantes, artesanos, artistas y ahora hasta las mascotas con sus dueños. Los activistas reclaman que se respete el derecho de los perros a disfrutar del mar y que se sancione a los responsables del envenenamiento de Kawama y el otro perro.