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La posible deportación masiva de migrantes en Estados Unidos, impulsada por las políticas del presidente Donald Trump, podría tener consecuencias económicas significativas tanto para el país norteamericano como para México. Durante una reciente entrevista, el contador Jesús Guillermo Mendieta González, miembro de la comisión técnica de auditoría fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, destacó la importancia de la mano de obra migrante en sectores clave de la economía estadounidense, enfatizando que su ausencia podría afectar la producción y el crecimiento económico.
Mendieta González subrayó que los migrantes desempeñan un papel crucial en diversas industrias, desde la agricultura hasta la construcción, donde su trabajo es frecuentemente subestimado. Según el contador, la deportación de estos trabajadores no solo generaría un vacío en el mercado laboral, sino que también podría incidir en la capacidad de las empresas para mantener sus niveles de producción. “Las estadísticas han mostrado que la mano de obra migrante ha sido fundamental para el movimiento económico de Estados Unidos durante muchos años”, afirmó Mendieta.
En cuanto a las remesas, se estima que los migrantes envían alrededor de 60,000 millones de dólares anuales a México, lo que representa una fuente vital de ingresos para muchas familias. Mendieta indicó que, en caso de que las deportaciones aumenten, se espera una reducción significativa en este flujo de dinero. “Cada migrante que es deportado implica una pérdida en las remesas que sostienen a miles de familias en México”, añadió. En los primeros días de redadas, se reportaron más de 580 migrantes deportados, lo que representa un impacto inmediato en la economía familiar.
El contador también abordó el estatus laboral de muchos migrantes, quienes, debido a su condición de indocumentados, suelen ser remunerados con salarios inferiores y carecen de prestaciones adecuadas. “Algunas empresas se benefician de esta situación, pagando menos a quienes realizan el mismo trabajo que un trabajador documentado”, explicó. Esto no solo perpetúa condiciones laborales inhumanas, sino que también afecta el bienestar de las comunidades que dependen de estos ingresos.
Con la incertidumbre sobre el futuro de la política migratoria en Estados Unidos, muchos migrantes están comenzando a regresar voluntariamente a sus países de origen. Según Mendieta, algunos ya han comenzado a vender sus bienes y enviar sus ahorros a México, lo que podría resultar en un aumento temporal en las remesas, pero que eventualmente se revertirá a medida que la capacidad de trabajar en Estados Unidos se vea comprometida. “El impacto de esta situación será profundo y afectará a ambas economías, no solo a la de Estados Unidos, sino también a la de México y otros países de Centroamérica”, concluyó.
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