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En un contexto de creciente tensión diplomática, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha afirmado categóricamente que el Golfo de México mantendrá su denominación tradicional. Esta declaración se produce en respuesta a las recientes sugerencias del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien propuso renombrar la región como el “Golfo de América”, un comentario que ha suscitado reacciones tanto en México como a nivel internacional.
Durante un foro del Plan Nacional de Desarrollo celebrado el 7 de enero de 2025 en Guadalajara, Jalisco, Ebrard enfatizó: “El golfo de México se va a seguir llamando golfo de México”. Esta afirmación busca no solo reafirmar la identidad geográfica del país, sino también establecer un tono de firmeza en las relaciones entre México y Estados Unidos, especialmente ante la llegada de un nuevo liderazgo en la Casa Blanca.
Ebrard también abordó las posibles implicaciones arancelarias que Trump podría implementar al asumir su mandato, reiterando que México se está preparando para manejar cualquier eventualidad. “Nuestra guía será mantener la sangre fría. No vamos a responder a cada declaración que se haga”, añadió Ebrard, subrayando la importancia de priorizar la estabilidad en las relaciones bilaterales.
En el mismo evento, Trump, desde su residencia en Mar-a-Lago, insistió en que el cambio de nombre sería “hermoso” y abarcaría un vasto territorio, lo que ha sido visto como una provocación por muchos analistas. Esta postura ha generado un debate en la opinión pública, donde se cuestiona la legitimidad de tales propuestas, especialmente en un momento tan delicado para la diplomacia entre ambos países.
A medida que la administración de Trump toma forma, las declaraciones sobre el Golfo de México reflejan una retórica que podría complicar aún más las relaciones bilaterales. Ebrard y otros funcionarios mexicanos han hecho hincapié en su compromiso por mantener un diálogo constructivo, aunque las propuestas del nuevo presidente estadounidense continúan planteando desafíos significativos para la política exterior mexicana.