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CHIAPAS, México – La crisis de seguridad en el municipio de Ángel Albino Corzo, en el estado sureño de Chiapas, ha alcanzado niveles alarmantes. Los habitantes de esta localidad han denunciado que se han convertido en “escudos humanos” para los grupos criminales que se disputan el territorio con el Ejército mexicano.
Durante más de 24 horas, los residentes enfrentaron amenazas, bloqueos con zanjas y camiones, así como la retención de soldados a quienes se les cortó la energía en su campamento. Algunos pobladores, visiblemente angustiados, afirmaron estar siendo obligados por sicarios a participar en los bloqueos. “Es nuestra familia la que está en riesgo, nosotros no tenemos la culpa, somos rehenes”, declaró uno de ellos.
La presencia del Cártel de Sinaloa en la zona ha intensificado el conflicto, que también involucra a grupos del Cártel de Chiapas y Guatemala, formados por desertores del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los habitantes, temerosos por la seguridad de sus familias, han afirmado que si no cooperan, sus seres queridos estarán en peligro.
Esta situación ha desencadenado un éxodo de familias chiapanecas que han abandonado sus hogares en municipios como Motozintla, Amatenango de la Frontera y Comalapa, buscando refugio en Guatemala ante el temor de que sus hijos sean reclutados por las bandas criminales.
A pesar de la gravedad de los hechos, hasta anoche ninguna autoridad civil se había pronunciado al respecto. La creciente ola de violencia en la frontera de Chiapas ha sido denunciada por Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien alertó sobre las consecuencias de esta crisis humanitaria tras la visita de cónsules mexicanos a la región.